En Las Manos De Dios
- Otto Rodriguez Ortiz
- 6 oct
- 1 Min. de lectura
“Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”
Juan 10:28
No hay lugar más seguro para una familia que las manos de Dios. Esas mismas manos que formaron al hombre del polvo, que moldean nuestras vidas y sostienen nuestro hogar cuando sentimos que todo tiembla.
Como familia, a veces enfrentamos momentos de incertidumbre: preocupaciones económicas, enfermedades, desacuerdos o decisiones difíciles. Pero en medio de todo, Dios nos recuerda que no estamos solos. Su mano sigue guiando, protegiendo y formando nuestro carácter.
Cuando los hijos no entienden lo que ocurre, los padres pueden decir con fe:
“Estamos en las manos de Dios.”
Cuando los padres se sienten cansados, los hijos pueden recordarles:
“Papá, mamá, Dios no nos soltará.”
En Sus manos hay dirección para los padres, consuelo para los hijos, y unidad para todo el hogar.
Aplicación familiar
Oren juntos cada mañana, entregando el día a Dios: “Señor, ponemos nuestra familia en tus manos.”
Recuerden un testimonio: un momento en que sintieron que Dios los sostuvo en medio de la dificultad.
Lean juntos Salmo 37:23-24 y conversen: ¿Cómo hemos visto a Dios levantarnos cuando tropezamos?
Para meditar
“Aun cuando caiga, no quedará derribado, porque Jehová sostiene su mano.”
Salmo 37:24
Nada ni nadie puede arrancar a tu familia de las manos de Dios.
En Sus manos hay propósito, hay protección, y hay paz.
Así que hoy, mientras oran, repítanlo juntos en voz alta:
“Señor, confiamos nuestra familia en tus manos.”
Daniel Rodriguez
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