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En Las Manos De Dios

“Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”

Juan 10:28


No hay lugar más seguro para una familia que las manos de Dios. Esas mismas manos que formaron al hombre del polvo, que moldean nuestras vidas y sostienen nuestro hogar cuando sentimos que todo tiembla.


Como familia, a veces enfrentamos momentos de incertidumbre: preocupaciones económicas, enfermedades, desacuerdos o decisiones difíciles. Pero en medio de todo, Dios nos recuerda que no estamos solos. Su mano sigue guiando, protegiendo y formando nuestro carácter.


Cuando los hijos no entienden lo que ocurre, los padres pueden decir con fe:

“Estamos en las manos de Dios.”

Cuando los padres se sienten cansados, los hijos pueden recordarles:

“Papá, mamá, Dios no nos soltará.”


En Sus manos hay dirección para los padres, consuelo para los hijos, y unidad para todo el hogar.


Aplicación familiar


Oren juntos cada mañana, entregando el día a Dios: “Señor, ponemos nuestra familia en tus manos.”


Recuerden un testimonio: un momento en que sintieron que Dios los sostuvo en medio de la dificultad.


Lean juntos Salmo 37:23-24 y conversen: ¿Cómo hemos visto a Dios levantarnos cuando tropezamos?


Para meditar


“Aun cuando caiga, no quedará derribado, porque Jehová sostiene su mano.”

Salmo 37:24


Nada ni nadie puede arrancar a tu familia de las manos de Dios.

En Sus manos hay propósito, hay protección, y hay paz.


Así que hoy, mientras oran, repítanlo juntos en voz alta:

“Señor, confiamos nuestra familia en tus manos.”


Daniel Rodriguez

 
 
 

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