Firmes
- Sophia Howard
- 16 jun
- 2 Min. de lectura
“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” (Colosenses 3:16, RVR1960).
La Biblia nos enseña que mientras más se acerca la segunda venida de Cristo, el mundo estará lleno de mayores presiones, distracciones, engaños y muchas otras realidades. ¿Cómo podemos, como dice Judas 1:21, “…conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna”? ¿Cómo podemos mantenernos firmes en la fe y guiar a nuestras familias a hacer lo mismo? ¿Cómo navegamos estos tiempos con esperanza y fruto? El salmista se hace una pregunta parecida en el Salmo 119:9: “¿Con qué limpiará el joven su camino?” Y la respuesta está en el mismo versículo: “Con guardar tu palabra.”
Colosenses 3:16 comienza diciendo: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros…” Así como un árbol necesita raíces profundas y fuertes para mantenerse firme y saludable, nosotros también lo necesitamos. Como familias, debemos estar empapados de la Palabra de Dios. Su palabra es nuestro refugio y defensa. Es parte esencial de la dieta espiritual que Él ha designado para nutrirnos. Su palabra es nuestro plan de batalla. Su palabra nos limpia. Es lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino (Salmo 119:105), guiándonos y librándonos de caer en las trampas del maligno.
La Palabra de Dios nos recuerda “…la inmutabilidad de su consejo…” (Hebreos 6:17) y “…nos da un fortísimo consuelo para aferrarnos a la esperanza puesta delante de nosotros” (Hebreos 6:18).
Dios desea equipar a nuestras familias para vencer al mundo, reflejar su gloria y cumplir la misión que nos ha encomendado. Sin embargo, desarrollar fortaleza espiritual y perseverancia toma tiempo y requiere estar firmemente arraigados en la verdad. Jesús es la verdad, y su palabra es la verdad. Si llegamos a ser como lo que contemplamos, entonces debemos ser intencionales en contemplar a Cristo. Si queremos estar firmes frente al enemigo de nuestras almas, necesitamos mantener nuestras espadas espirituales afiladas.
¿Estamos atesorando la Palabra de Dios? ¿Estamos permitiendo que lo que Él dice moldee la cultura de nuestra familia, nuestras decisiones y nuestras actitudes unos con otros? Toma tiempo para leer la Biblia, de forma individual, en pareja y en familia. Háblenla. Medítenla. Presta atención a lo que Dios te está mostrando sobre su carácter y sus caminos. Puedes cantar sus promesas o dibujarlas, algo especialmente útil con los más pequeños. Memoriza las Escrituras y observa cómo el Espíritu Santo guía tus pensamientos y conversaciones mientras te ayuda a recordar lo que has aprendido de Jesús.
No te rindas. No te fatigues ni abandones lo que parece básico. Es fundamental. Al acercarnos a Jesús cada día, recibiremos misericordia para el tiempo de necesidad y valentía para permanecer firmes en el amor. Nuestros hogares mostrarán al mundo que observa la bendición y estabilidad que proviene de seguir a Cristo.
Que el Espíritu Santo nos ayude a permanecer firmes en las promesas de Dios, refugiarnos en su carácter y glorificar su nombre mientras permitimos que su palabra habite en nosotros.
Sophia Howard
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