Un Tiempo para Sembrar En el Corazón De Nuestros Hijos
- Otto Rodriguez Ortiz
- 2 sept
- 2 Min. de lectura
Eclesiastés 3:1 – “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.”
La vida pasa con rapidez y cada etapa de nuestros hijos tiene un tiempo único que no regresa. Como padres muchas veces nos enfocamos en suplir lo material, pero la Palabra nos recuerda que Cristo nos llamó a pastorear el corazón de nuestros hijos, no solo a mantenerlos.
Jesús dijo: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” (Juan 10:11). De la misma manera, invertir en nuestros hijos significa dar nuestra vida en tiempo, afecto, oración, ejemplo y amor constante.
Hay un tiempo para trabajar, pero también un tiempo para escuchar.
Un tiempo para corregir, pero también un tiempo para abrazar.
Un tiempo para enseñar la Palabra, y un tiempo para simplemente disfrutar juntos.
Si solo damos cosas, corremos el riesgo de criar hijos llenos por fuera pero vacíos por dentro. Pero cuando llenamos sus estanques emocionales y espirituales con la presencia de Cristo en casa, los preparamos para que un día vuelen seguros, sabiendo quiénes son y hacia dónde van.
Preguntas para meditar
1. ¿Estoy dedicando más tiempo a suplir necesidades materiales que a sembrar en el corazón y las emociones de mis hijos?
2. Si mis hijos tuvieran que describir cómo se sienten conmigo, ¿dirían que se sienten amados, escuchados y guiados en Cristo?
Guía práctica para empezar hoy
Evalúa tu agenda: identifica un momento diario (aunque sea 15–20 minutos) exclusivo para tus hijos sin distracciones.
Pequeños gestos intencionales: una palabra de afirmación, un abrazo fuerte, una oración juntos antes de dormir.
Crea recuerdos: planea algo semanal que sea solo de ustedes (una caminata, cocinar juntos, leer la Biblia).
Habla de Cristo naturalmente: no solo en devocionales, sino en conversaciones cotidianas, mostrando cómo Jesús es parte de la vida diaria.
Pide perdón cuando falles: esto enseña humildad y les muestra que en Cristo siempre hay gracia y restauración.
Recuerda: el tiempo pasa rápido, pero en Cristo tenemos la oportunidad de hacer eterno lo que sembramos en nuestros hijos.
Daniel Rodriguez
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