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Él es el Centro

Porque en Él fueron creadas todas las cosas… todo fue creado por medio de Él y para Él. Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas subsisten.” Colosenses 1:16–17


Quizás este año no ha sido como lo esperaba. Tal vez recibió un “no” inesperado, enfrento una puerta cerrada, problemas financieros, enfermedad, pérdida de empleo o relaciones quebradas. En esas temporadas, fácilmente nos sentimos a la deriva, como un barco sin rumbo en medio del mar.


Y surge una pregunta realmente honesta: ¿Dónde está puesta mi confianza?


A menudo decimos con convicción: “Cristo es el centro de mi vida, de mi familia y de todo lo que hago.” Pero si somos sinceros, muchas veces nuestro corazón no refleja esa verdad. Si Cristo es realmente el centro, ¿por qué todavía me preocupo? ¿Por qué me estreso? ¿Por qué tomo sobre mis hombros una carga que solo le pertenece a Dios?


Con nuestra mente creemos que Jesús es el Centro, pero con nuestras decisiones diarias lo desplazamos. Vivimos como si todo dependiera de nosotros, en lugar de descansar en que “en Él todas las cosas subsisten” (Col. 1:17). La preocupación surge cuando olvidamos que Dios sostiene todas las cosas. El estrés aparece cuando confiamos más en nuestro entendimiento que en Su dirección. Por eso Proverbios 3:5–6 nos recuerda: “Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.”


Dios conoce nuestras luchas y nuestra tendencia a preocuparnos. Por eso nos habla con ternura y nos recuerda:


  • “Echad toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:7)

  • “No os preocupéis por vuestra vida… vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.” (Mateo 6:25–32)

  • “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios.” (Salmo 46:10)

  • “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros… pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29:11)


Decir que Cristo es el Centro no es solo una frase bonita; es un estilo de vida. Significa que:


  • Él guía nuestras decisiones: Antes de actuar, buscamos Su voluntad.

  • Él sostiene nuestras emociones: Cuando todo parece caótico, descansamos en Su paz.

  • Él dirige nuestras prioridades: Lo que hacemos, lo hacemos para Su gloria.

  • Él carga nuestras preocupaciones: Reconocemos que no tenemos el control, y lo entregamos todo a Él.


Cuando Jesús está en el centro, nuestras circunstancias no desaparecen, pero cambian de lugar en nuestro corazón. Ya no ocupan el eje de nuestra vida, porque ese lugar le pertenece solo a Cristo.


Hoy el Señor quiere recordarle: Él desea ser el Centro de su vida. Cuando lo es, se convierte en su paz, su fortaleza y su guía. Ya no lleva la carga solo, porque descansas en Su amor. Jesús dijo en Mateo 11:28: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”


No basta con decir que Cristo es el Centro, necesitamos decidir permanecer en Él cada día. Permanecer en Cristo no es una acción pasiva. Significa mantenernos conectados a la Vid, a través de la oración, el estudio de la Palabra y la adoración. Cuando lo hacemos, descubrimos que no estamos solos: experimentamos mayor intimidad con Dios, libertad del pecado y un gozo profundo que no puede ser quitado.


Permanecer es una decisión. Elija hoy mantener a Jesús como el Centro de todo.


¿Qué área de su vida necesitas recentrar en Cristo hoy?


Paulina Rodriguez

 
 
 

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